viernes, 23 de abril de 2010

- 01 TU HUERTO PASO A PASO




TU HUERTO PASO A PASO



  • PREPARANDO LA TIERRA



  • REALIZANDO LAS PRIMERAS MEDICIONES



  • ARADO Y ALLANADO DEL TERRENO



  • MIDIENDO EL TAMAÑO DE CADA PARCELA



  • COLOCANDO LOS BARDOS CENTRALES



  • ABONADO DEL TERRENO



  • INSTALANDO EL SISTEMA DE RIEGO CON GOMA EXUDANTE




  • PLANTANDO LAS HORTALIZAS



  • FINALMENTE PLANTAMOS LAS AROMATICAS








- 02 TABLA DE PLANTACIÓN

Familia

Plantón o especie

Parcela

Temporada

Marco

plantación

Solanáceas

Tomate

Berengena

Pimiento

Fresas

1

Primavera-verano

50x40 cm

40x30 cm

40x30 cm

20x20 cm

Patatas

1

Otoño-invierno

20x10 cm

Umbelíferas

Perejil

Apio

Hinojo

2

Todo tiempo

20x20 cm

20x20 cm

20x20 cm

Zanahorias

2

Otoño-invierno

10x10 cm

Liliáceas

Cebolla

Puerros

Esparragos

2

Primavera-verano

10x10 cm

10x10 cm

10x10 cm

Ajos

2

Otoño-invierno

10x10cm

Cucurbitáceas

Calabacín

Pepino

Alficoz

Sandía

Melón

Calabaza

3

Primavera-verano

50x40 cm

50x30 cm

50x30 cm

50x40 cm

50x40 cm

70x80 cm

Quenopodiáceas

Acelgas

3

Primavera-verano

20x20 cm

Remolacha

Espinacas

3

Otoño-invierno

10x10 cm

10x10 cm

Compuestas

Lechuga

Maiz

Girasol

3

Primavera-verano

20x20 cm

80x80 cm

uno en cada extremo

Escarola

Alcachofa

Cardos

3

Otoño-invierno

20x20 cm

80x80(mejor fuera parcela)

80x80(mejor fuera parcela)

Crucíferas

Rábanos

Col

Col lombarda

4

Primavera-verano

10x10 cm

40x30 cm

40x30 cm

Rábanos

Brócoli

Coliflor

Nabo

Chirivía

4

Otoño-invierno

10x10 cm

40x30 cm

40x30 cm

10x10 cm

10x10 cm

Leguminosas

Judias

Cacahuete

Chufas

4

Primavera-verano

20x20 cm

10x10 cm

10x10 cm

Habas

Guisantes

Guijas

Altramuz

4

Otoño-invierno

20x20 cm

10x10 cm

10x10 cm

10x10 cm

- 03 EL SEMILLERO ECOLOGICO

Las semillas y la siembra:
Las necesidades y características de cada planta son distintas; las temperaturas que pueden soportar, la cantidad de humedad que requieren, el espacio que ocupan, el suelo que necesitan…
Estos datos serán el referente para decidir entre una siembra directa o bien una siembra en semillero que reúna las condiciones más adecuadas para la germinación y el desarrollo óptimo en las primeras etapas de crecimiento.

Para acelerar el proceso de germinación, resulta útil dejar las semillas remojadas en agua durante un período de entre 24 y 48 horas antes de la siembra. Esta pregerminación es un buen recurso, al igual que someter a las semillas a una fuente de calor de entre 35 y 40 ºC antes de sembrarlas.
La siembra directa se lleva a cabo cuando el suelo está ya acondicionado y cuenta con una humedad óptima para la correcta germinación de la planta. Es muy importante que cada semilla se siembre a la profundidad que le corresponde. De no ser así, podrían secarse las propias semillas o no recibir el calor suficiente para que se inicie la germinación. Por lo general, se suele recomendar sembrar a la profundidad de tres veces el tamaño que tenga la semilla.

La siembra en semillero protege a las pequeñas plantas de condiciones climáticas adversas que podrían no resistir en su etapa de crecimiento. Además, los semilleros permiten seleccionar las mejores plantas para el trasplante posterior y adelantar las cosechas, puesto que cuando se trasplantan ya ha tenido lugar una parte de su desarrollo.

- 04 CALENDARIO DE SIEMBRA

Rábanos
Se pueden plantar todo el año excepto en verano.
Se recolectan 45 días despues de la siembra.

Zanahorias
Se pueden plantar todo el año, excepto en verano.
Su recolección es de 90 a 120 dias despues de la siembra.

Apio
Prepararemos el semillero en el mes de Enero/Febrero.
Lo plantaremos con la llegada de la primavera, alrededor del mes de Abril.
El apio estará en su punto para su recolección durante todo el verano.

Cebollas
Haremos el semillero entre enero y Febrero.
Podremos disfrutar de ellas a partir de Julio o Agosto.

Guisantes
Se siembran en Febrero. Se recolectan a partir de Mayo.

Judías verdes
Se siembran en Febrero. Se recolectan a partir de mayo.

Lechugas
El semillero lo haremos en febrero, realizaremos la siembra.
La recolección a partir de Mayo-Junio.

Tomates
Los sembraremos en Febrero, su plantación en Abril.
Su recolección es durante el verano.

Calabacines
La siembra será en Abril, y su recolección entre Junio y Agosto.

Pepinos: La siembra será en abril, y su recolección entre Junio y agosto.

Acelgas
Se siembran entre Noviembre y Diciembre y se recolectan entre Abril y Mayo.

Espinacas
Se siembran entre Noviembre y Diciembrey se recolectan entre Abril y Mayo.

Habas: La siembre es entre Noviembre y Diciembre, y su recolección será entre Abril y Mayo.

Fresas
Se plantan entre Febrero o Marzo y se recolectan a partir de Mayo

Patatas
Las podemos plantar en Marzo, y serán patatas tempranas porque las podremos recolectar en Julio.

O bien tenemos la opción de plantarlas en Octubre, y en este caso obtendremos patatas tardías, pudiendo disfrutar de ellas en marzo.

- 05 ASOCIACIONES BENEFICIOSAS DE PLANTAS


Asociación de Cultivos típicas

Asociación gramínea-leguminosa que aprovecha la fijación de nitrógeno atmosférico por parte de las leguminosas. Se utiliza en pastizales y praderas, con la asociación de gramíneas y leguminosas y en el abono verde. En cultivos hortícolas se asocia el maíz y la judía, el maíz, (cereal), hace de tutor a las judías (gramínea), que crecen entrelazadas en las cañas del maíz. En Sudamérica los indígenas incluyen una tercera planta, la calabaza, que se beneficia del sombreado y favorece a las otras cubrir el suelo horizontalmente y evitará el nacimiento de malas hierbas.

También se asocian leguminosas como guisantes, judías o habas con coles o zanahorias en hileras alternas.

Asociación de hortalizas con diferente velocidad de crecimiento para obtener la mayor productividad por unidad de superficie: sembrar tres hileras de rábanos o de lechugas entre cada dos hileras de zanahorias.

De coles con lechugas, entre cada dos hileras de coles una hilera de lechugas y, dentro de las hileras de coles, una lechuga entre cada dos coles.

De zanahorias y nabos, los sembramos en hileras alternas; los nabos son cosechados antes que las zanahorias hayan alcanzado su pleno desarrollo.

Mi impresión es que el horticultor primerizo solo debe asociar cultivos en casos muy determinados y siempre que el origen de la información sea de probada calidad. En este tema hay mucha literatura de personas que hablan de oídas, (como yo mismo), recogiendo tradiciones no probadas ni contrastadas y en muchos casos buscando remedios caseros de corte excesivamente ecológico sin excesiva contrastación científica.

Creo que en la mayoría de los casos las posibles ventajas no compensan las complicaciones que conlleva. Tan solo me parecen interesantes las asociaciones basadas en mezclas de leguminosas con gramíneas, sobre todo en las zonas dedicadas a abono verde, o la mezcla del maíz con la judía verde de enredadera, las que pretenden conseguir mas producción por m2 dejémoslas para los expertos.

Respecto de la siembra de plantas, con el fin de combatir plagas de otros cultivos, antes de llevarlas a cabo, aconsejo asegurarse de la fiabilidad de la fuente de la noticia.

Nuestro amigo Abejaruco ha creado unas tablas que enfrentan la información recogida en dos, (para mi), fuentes fiables, el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina), y Mariano Bueno (Experto en Agricultura Ecológica). Como siempre copio la tabla aquí con poca definición pero pinchando sobre ella podrán verla con detalle y copiarla a su PC con ayuda del botón derecho del ratón.

jueves, 22 de abril de 2010

- 06 CONTROL DE PLAGAS

INDICACIONES PARA EL CONTROL DE PLAGAS DEL CULTIVO DE TOMATE

BACILLUS THURNIGIENSIS

Compuesto por esporas y toxinas de Bacillus Thuringiensis, que actua unicamente sobre los estadios larvarios de mucho lepidopteros susceptibles de atacar a diversos cultivos

Insecticida biológico para el control de lepidópteros

Ingrediente activo

bacillus thuringiensis aizawai 2,5% p/p (25 millones U.I/g), correspondiente a la cepa GC-91 (hibrido de la variedad kurstaki y aizawai)

Formulación

Polvo mojable

Envase

1 kg

Clasificación Toxicológica

No clasificable por sus propiedades físico-químicas ni por sus propiedades toxicológicas según el R.D. 255/2003

Características :

Bacillus Thuringiensis Aizawai 2,5% es un insecticida biológico específico que actúa por ingestión sobre larvas de lepidópteros. Tras ingerir la dosis letal de producto, la larva deja de alimentarse y muere transcurridos entre 1 y 7 días. Este insecticida no posee sistémia por lo que es importante conseguir una buena cobertura en las áreas de alimentación de la oruga y proteger periódicamente las zonas de crecimiento del cultivo

• La variedad aizawai, ha demostrado ser especialmente activa en el control de Spodóptera a diferencia de otras variedades comerciales. Además la avanzada formulación basada en el proceso natural llamado transcojugación, incorpora a este producto la variedad kurstaki, dando como resultado el control de un amplio espectro de larvas de lepidópteros.

• Por su específico modo de acción, es muy difícil que se produzca resistencia cruzada con otros insecticidas. Por ello es un producto adecuado para incorporar en las estrategias de control de lepidópteros junto con Steward® y el resto del catálogo insecticida de DuPont

• Es muy selectivo en el control de lepidópteros, lo que lo convierte en un insecticida sin efectos adversos sobre los insectos beneficiosos y polinizadores y compatibles con sistemas de Producción Integrada. Al tratarse de un producto de origen natural, se puede utilizar en agricultura ecológica

Se recomienda iniciar los tratamientos cuando se observen las larvas pequeñas recién eclosionadas y los primeros daños en el cultivo

• Para mantener un control adecuado puede ser necesario repetir las aplicaciones cada 3-7 días, dependiendo del crecimiento del cultivo, condiciones climáticas y severidad de la infestación

• Bacillus Thuringiensis Aizawai 2,5% es compatible con la mayoría de productos fitosanitarios. Evitar las mezclas con soluciones muy alcalinas (pH>9)

• Almacenar en su envase original en lugar fresco y seco, alejado de la luz directa del sol.

• Lea detenidamente la etiqueta de Bacillus Thuringiensis Aizawai 2,5% y use sólo el producto conforme a las indicaciones que en ella se reflejan.

Aplicaciones autorizadas y Dosis :

Cultivo

Plaga

Dosis

Pimiento

Heliothis, Plusia, Spodóptera

1 - 2 kg/ha

Tomate

Heliothis, Plusia, Spodóptera

1 - 2 kg/ha

Lechuga

Trichoplusia, Spodóptera

1 - 2 kg/ha

Hortalizas del género brasica

Pieris, Spodóptera

1 - 2 kg/ha

Vid

Polillas del Racimo

1 - 2 kg/ha

Olivo

Prays (2ª generación)

0,2%

Bacillus Thuringiensis Var. Kurstaki

:

Producto/Servicio Bacillus thuringiensis var. Kurstaki


Descripción:Es un bacilo gram-positivo, aerobio, que se encuentra de forma natural en suelo y plantas. Fue descubierto en Japón en 1902 por Ishiwata y pocos años después fue aislado en Thuringe (Alemania). Se comenzó comercializado en Francia, en 1938 y hoy en día es el biopreparado más utilizado.
Su acción larvicida varía según la cepa y raza elegida; la variedad kurstaki, serotipo 3a3b es activo contra Lepidópteros. TRABE les ofrece el Bacillus thuringiensis var. kurstaki, serotipo 3a3b, con una potencia de 16 Millones de U.I/g y 32 Millones de U.I./g, medidas frente a Trichoplusia ni, formulado como polvo mojable pues tanto por la potencia, como por su formulación, es el enemigo natural más conocido y eficaz para el control de larvas de lepidópteros que atacan tanto a plagas forestales como a plagas agrícolas.
MODO DE ACCIÓN

Cuando el Bacillus thuringiensis esporula, sintetiza unos cristales proteicos llamados delta-endotoxinas, a los cuales debe su actividad insecticida. Estas protoxinas necesitan ser ingeridas por las larvas para poder actuar, pues la toxicidad selectiva de B.t. para las larvas de ciertos insectos se debe a dos factores en su modo de acción:

Las toxinas necesitan para su activación un medio alcalino, característica que se da sólo en el intestino de la mayoría de los insectos.
Las toxinas sólo pueden actuar si están unidas a receptores específicos, y dicha especificidad depende del insecto. Así, cada especie de insecto, según la naturaleza de sus receptores será sensible o no.

Cuando ambos factores se conjugan, las toxinas se fijan rápidamente sobre sus receptores y producen la parálisis del intestino impidiendo los movimientos peristálticos, por lo que el insecto deja de alimentarse. Además se produce rotura del epitelio intestinal, permitiendo el paso de los fluidos intestinales al resto de órganos y tejidos vitales del insecto. Tan solo unas pocas horas después de haber ingerido a la espora con la toxina, las mandíbulas del insecto se paralizan y cesa la alimentación. Posteriormente la parálisis se generaliza, desaparecen los movimientos reflejos y la larva muere al cesar los latidos cardíacos.

INDICACIONES
Destaca su acción sobre plagas agrícolas: Heliothis, Pieris, Plusia, Plutella, Ostrinia, Capua, Prays y Cacoecia y plagas forestales: Lymantrinia, Malacosoma, Euproctis y Tortryx viridiana.

DOSIS: 0,5-1,5 Kg/ha

APLICACIÓN
Puede aplicarse empleando un equipo convencional de pulverización, mojando bien toda la planta y en los primeros estadíos de la larva

INCOMPATIBILIDADES: con anilazina, captafol, captan, demeton S-etil, difolatan, dimetoato, dinocap, fentoato, fosalon, isoprocarb, leptofos, propargita, propoxur y tetraclorvinfos; Deben mediar tres días entre tratamientos con estos productos y con B. thuringiensis y a la inversa.

PLAZO DE SEGURIDAD: 3 días

TOXICOLÓGICA: No tóxico

ENVASE: 150 gramos, 1 kilo y 10 kilos

- 07 UN HUERTO ECOLÓGICO SENCILLO EN CASA

Un huerto en casa es el deseo de muchas personas aunque siempre son muchos los motivos que impiden hacerlo: la falta de tiempo, la falta de espacio, el dolor de espalda o simplemente no saber por donde empezar. Sin embargo producir alimentos de calidad es mucho más sencillo de lo que pueda parecer en un principio. Hace ya veinte años, Gaspar Caballero de Segovia, empezó a experimentar en su finca de Mallorca con el objetivo de lograr un método fácil de cultivar hortalizas. El resultado es un método que en palabras del propio creador “sorprende por lo sencillo, agradable y eficaz, que es el obtener hortalizas ecológicas, en un mínimo espacio de tierra, con un mínimo consumo de agua y un mínimo trabajo de siembra y mantenimiento”.
Este método se conoce con el nombre de “Parades en Crestall” y se basa en cinco principios fundamentales:
1.- No pisar la tierra donde se va a cultivar
Los organismos que viven en el suelo y las raíces de las plantas son la mano de obra que utilizaremos para conseguir una buena estructura. Ellos son los encargados de remover el suelo y de construir galerías para que el aire y el agua circulen de forma correcta. Para no alterar el medio donde viven se evitará siempre pisar y trabajar la zona cultivada. El tamaño de la “parada” nos permitirá acceder a todos sus puntos sin necesidad de pisar dentro. De la misma forma dejaremos un espacio de 1 m entre una parada y otra para poder pasar entre ellas.
2.- Humedad constante
Se consigue con la instalación de un sistema de riego de cinta exudante dentro de las paradas. Este sistema libera cantidades muy pequeñas de agua de forma constante. Así se consigue un consumo de agua muy pequeño. La humedad constante favorece la actividad de las lombrices de tierra así como de los otros habitantes del suelo.
3.- Un ciclo de rotación a cuatro años
La rotación es la sucesión de cultivos en un mismo terreno. La rotación implica que después de un cultivo no volvemos a plantar el mismo sino que plantamos otro diferente. Cuando hablamos de rotación a cuatro años nos referimos a que tardamos cuatro años en volver a plantar un cultivo en una zona determinada. Para ello lo mejor es tener cuatro paradas y cambiar cada año los cultivos de parada. Las reglas para elegir una buena rotación son muy sencillas y suponen un gran beneficio para los cultivos.
4.- Compost
El compostaje es una transformación controlada de una mezcla de residuos orgánicos, imitando lo que ocurre en la naturaleza en la superficie del suelo, con el fin de obtener un abono de alta calidad. El compost es el elemento básico del sistema. Se aporta cada año por encima de toda la superficie de las paradas.
5.- La siembra
La siembra en las paradas es más densa que en la horticultura tradicional. Esto evita que se pierda la humedad del suelo y también que crezcan malas hierbas. Además de hortalizas en las paradas se plantan hierbas aromáticas que ayudan a mantener alejadas a las plagas.
Una “Parada en Crestall” paso a paso:
1.- Con un metro y 4 estacas se marca un rectángulo de 6m de largo por 1.5m de ancho. La longitud puede ser variable en función del espacio disponible.
2.- Se coloca un cordel alrededor de las estacas que nos servirá de guía y se trabaja la tierra del interior del rectángulo hasta una profundidad de 20-30 cm. Este es el único momento en el que se trabaja la tierra de la parada y la herramienta utilizada puede ser variable: azada, pala fanguera, motocultor, etc.
3.- Cuando la tierra está floja se pasa el rastrillo y se eliminan las piedras más gordas.
4.- Con otras cuatro estacas y otro cordel marcaremos en el interior del rectángulo un segundo rectángulo de igual longitud y 30 cm de ancho, que divida a la parada en dos partes iguales. En estas dos partes es donde cultivaremos las hortalizas.
5.- Se colocan en el rectángulo del centro una serie de bovedillas o piedras planas a una distancia de unos 60 cm por las que podremos acceder al centro de la parada. En el espacio entre bovedillas sembraremos plantas aromáticas y de flores.
6.- En los rectángulos de ambos lados de la parada se coloca una capa de 2 a 4 cm de compost.
7.- Por encima de la capa de compost colocaremos el riego exudante. La cinta exudante debe recorrer los dos rectángulos en los que se plantan las hortalizas de manera que moje toda la superficie.
8.- Por encima del compost y de la cinta exhudante colocaremos una capa de mulching de paja, virutas de madera, corteza de pino, etc.
9.- Plantaremos las hortalizas en las zonas destinadas para ello. Si lo hacemos a partir de plantones retiraremos con cuidado la capa de mulchig y la de compost y plantaremos en el suelo. Si lo hacemos a partir de semillas las podemos sembrar entre el suelo y la capa de compost.
Autor: Montse Escutia Titulación: Ingeniera Agrónoma

- 08 TU BALCON COMESTIBLE

Cultivar un balcón comestible es sencillo y muy satisfactorio, pues provee de alimentos naturales que no han sido expuestos a los venenos químicos de la agricultura convencional. Lo más importante es la motivación, el cuidado y el esfuerzo que se le dediquen.

Se pueden cultivar desde hortalizas y tubérculos hasta plantas aromáticas… las que más se adapten a los gustos familiares.

Además, combinar plantas comestibles y ornamentales dotará de gran belleza un espacio habitualmente gris y sin vida. Apostar por la biodiversidad, mezclando todo tipo de plantas aporta riqueza y crea un ecosistema saludable y equilibrado.

Con los desechos orgánicos del hogar, restos de verduras y frutas, restos de café e infusiones… se puede elaborar compost y crear un suelo fértil y permanente para las plantas. Tan sólo es necesario un poco de práctica y unos mínimos conocimientos.




Pequeños árboles Hierbas aromáticas Hortalizas
Caqui
(Disypros kaki)
Albahaca
(Ocinum bacilicum)
Berenjena
(Solanum melongena)
Membrillero
(Cydonia oblonga)
Manzanilla
(Matricaria chamomilla)
Ajo
(Allium sativum)
Higuera
(Ficus carica)
Lavanda
(Lavandula spica)
Calabacín
(Cucurbita pepo)
Limonero
(Citrus limonum)
Tomillo
(Thymus vulgaris)
Cebolla
(Allium cepa)
Granado
(Punica granatum)
Hinojo
(Foeniculum vulgare)
Pimiento
(Capsicum annuum)
Níspero
(Mespilus germanica)
Laurel
(Laurus nobilis)
Tomatera
(Solanum lycopersicum)
Peral
(Pyrus communis)
Hierba luisa
(Lippia triphylla)
Lechuga
(Lactuca sp.)
Manzano
(Malus silvestris)
Menta
(Mentha spp,)
Col
(Brassica oleracea)
Naranjo
(Citrus sinensis)
Romero
(Rosmarinus officinalis)
Haba
(Vicia faba)
Ciruelo
(Prunus domestica)
Salvia
(Salvia officinalis)
Judía
(Phaesolus vulgaris)

Perejil
(Petroselinum crispum)
Zanahoria
(Daucus carota spp.)

Ortiga
(Urtica dioica L.)
Guisante
(Pisum sativum)


Rábano
(Raphanus sativus)

- 09 HUERTO ECOLOGICO - Mariano Bueno

Autor: Mariano Bueno
Area: Agroecología » El Huerto Ecológico
Se puede alegar que consumir productos biológicos o ecológicos resulta caro y no está al alcance de todos los bolsillos, pero hay que tener presente que los alimentos de producción convencional consiguen mantener precios bajos a base de mecanizar e industrializar los procesos de producción y, sobre todo, forzar las plantas cultivadas con infinidad de agroquímicos.

Día a día nos damos cuenta de la importancia de consumir alimentos frescos, sanos y ecológicos. Continuas investigaciones en todo el planeta dejan claro, por un lado, los beneficios de una alimentación sana y equilibrada, con abundancia de verduras y frutas frescas, y, por otro lado, advierten de los serios peligros para la salud, a corto y largo plazo, de la presencia en los alimentos de restos de plaguicidas y de infinidad de sustancias tóxicas que se han ido añadiendo en los procesos de producción, transformación o comercialización.

Escándalos como el de las vacas locas o los pollos con dioxinas son sólo la punta del iceberg de una industria agroalimentaria centrada en la obtención de los máximos beneficios al mínimo coste y basada en la mecanización de todos los procesos productivos y el uso y abuso de abonos químicos, herbicidas y plaguicidas, que fuerzan a la naturaleza a producir más allá de unos límites que permitirían mantener un mínimo equilibrio biológico y ecológico del entorno. A la negra marea de residuos tóxicos, cancerígenos o alteradores hormonales, con desastrosos efectos sobre la salud de los consumidores (y de los agricultores), se está añadiendo una larga lista de plantas modificadas genéticamente (OGM), con las que se promete aumentar la producción mundial de alimentos (aunque las experiencias de cultivos a gran escala demuestran que no es así), pero de las que se ignora por completo las posibles repercusiones negativas en cuanto a desequilibrios ecológicos y más aún en lo referente a la salud de los consumidores de tales productos.

Todo ello nos lleva a plantearnos la necesidad de consumir alimentos con garantía de producción ecológica, si realmente estamos preocupados por nuestra salud, la de nuestros hijos y la del planeta en su conjunto.

Se puede alegar que consumir productos biológicos o ecológicos resulta caro y no está al alcance de todos los bolsillos, pero hay que tener presente que los alimentos de producción convencional consiguen mantener precios bajos a base de mecanizar e industrializar los procesos de producción y, sobre todo, forzar las plantas cultivadas con infinidad de agroquímicos. Valga de ejemplo una simple y cotidiana lechuga, tan familiar en la mayor parte de las mesas. Su producción con métodos naturales (sin forzar) suele conllevar que tal lechuga permanezca un mínimo de dos o tres meses en la tierra (absorbiendo nutrientes vitales y realizando fotosíntesis a partir de la radiación solar), mientras que su homóloga de cultivo químico estará en la tienda a los 50 días, como máximo, gracias a un desarrollo acelerado forzado con nitratos, agua y fitohormonas de aceleración del crecimiento vegetal. Los desequilibrios ecológicos y biológicos a los que se ven sometidas las pobres lechugas (y el resto de cultivos) se traducirán en una gran propensión a padecer toda clase de plagas y enfermedades, que serán controladas con plaguicidas químicos, parte de los cuales permanecerán como residuos en la planta al ser cosechada y en el momento de consumirla. La competencia de las llamadas malas hierbas se controlará básicamente a base de herbicidas, de los que tanto se está abusando que sus residuos empiezan a detectarse en las capas freáticas subterráneas e incluso en el agua potable de la mayoría de zonas agrícolas.

Por todo ello, el mayor precio de los productos ecológicos está más que justificado, pero cuando la precaria economía familiar no nos permite acceder a ellos nos queda el plantearnos su cultivo en función de nuestras posibilidades.

Muchos pensarán que esto es difícil o imposible, pero lo cierto es que, cuando se desea y se dispone de un espacio, por pequeño que sea, de algunos ratitos al día o a la semana y de un mínimo de información básica, resulta algo tan sencillo como gratificante, e incluso terapéutico, ya que, además de producir alimentos sanos y ecológicos, las labores en el huerto o en el balcón comestible suponen un acercamiento y un contacto directo con la vida y la naturaleza, al tiempo que realizamos el ejercicio indispensable para mantenernos sanos y en buena forma. En la práctica, un huerto familiar no requiere ni demasiado tiempo ni demasiado esfuerzo, aunque sí exige un mínimo de ganas de trabajar y cierta sensibilidad hacia la naturaleza.

Factores a tener en cuenta

La tierra (el espacio).

Con una parcela mínima de unos 30 o 40 metros cuadrados podemos obtener una elevada producción de las hortalizas y verduras más utilizadas en la dieta cotidiana. Quien no disponga de tal espacio puede participar en algún grupo de huertos ciudadanos -o crearlo- y quien disponga de una terraza en su casa puede cultivar en ella una gran variedad de hortalizas: algunas lechugas, rabanitos, tomates, acelgas o calabacines, además de numerosas plantas aromáticas, medicinales o condimentarias.

Cuando se dispone de una parcela de tierra, lo ideal es su distribución en bancales tipo bancal profundo. Las dimensiones en longitud pueden ser muy variadas, pero en cuanto a la anchura conviene que estén entre los 120 y los 150 cm, lo que permite el acceso a través de los pasillos, por los lados del bancal, sin pisar nunca la tierra, acción que la apelmazaría y reduciría su actividad biológica.


Cuando sólo disponemos de un balcón o una amplia terraza, conviene proveerse de maceteros de grandes dimensiones y una cierta profundidad, la suficiente para que las raíces se desarrollen sin problemas. Los maceteros se llenarán de tierra fértil con grandes proporciones de compost (podemos usar el compost orgánico doméstico).

Luz y orientación

Interesa que la parcela, balcón o terraza esté orientada al sur o, por lo menos, que reciba varias horas al día de luz solar, ya que las plantas necesitan sus radiaciones para realizar correctamente la fotosíntesis, de la que depende su desarrollo y el contenido de nutrientes y vitaminas que aprovecharemos al consumirlas.

Si la parcela o terraza no recibe sol directo pero hay una pared cercana que refleje su radiación, puede ser suficiente -convendría pintar la pared de blanco para sacarle el máximo provecho-. Hay plantas que requieren mucha luz y mucho calor, como las solanáceas (tomates, pimientos, berenjenas) o las cucurbitáceas (melones, pepinos, calabacines, etc.), mientras que otras, como escarolas, acelgas, coles o espinacas, se desarrollan bien con menos luz y calor.

Agua

El riego preocupa a muchos horticultores que ven como sus cultivos sufren y crecen mal por exceso de riego o por falta de agua. El exceso crea problemas de podredumbres y hongos parásitos y las carencias hídricas suponen una merma en el desarrollo vegetal y torna las plantas duras y con tendencia a espigarse o montar en flor.
La experiencia nos lleva a aconsejar un sistema de riego localizado (tubos de goteo con los goteros intercalados cada 30 o 40 cm o mangueras de exudación) y un sencillo programador de riego (de venta en tiendas de jardinería) que nos permite conectar el sistema a un grifo y que las plantas se rieguen quince minutos cada día o media hora cada dos días. Este sistema tiene la ventaja adicional de que nos permite ausentarnos durante largos períodos sin que por ello sucumban nuestros cultivos por falta de riego.

Plantas cultivables y semillas y semilleros

La gran diversidad de plantas que puede albergar un huerto familiar -aunque sea de reducidas dimensiones- implica disponer de planteles o de semillas adecuadas. Aunque siempre puede empezarse por semillas comerciales estándar, lo más interesante es procurarse semillas con certificación de producción ecológica, que, por suerte, ya empiezan a estar disponibles en nuestro país. También podemos recurrir a los contactos con agricultores ecológicos y al intercambio de semillas que promueven algunas asociaciones o grupos de agricultura ecológica.

Podemos realizar semilleros domésticos en pequeños recipientes reciclados -botes de yogur, cajas de envases desechables, etc.- y mantenerlos en el alféizar de la ventana de alguna habitación que le dé el sol y esté caldeada.


El trasplante es una operación delicada pero fácil de realizar, en la que lo más importante es dañar lo menos posible las raíces y que no falte el riego hasta su nuevo enraizamiento en el huerto o en el macetero.

En ocasiones podemos recurrir a las plantitas que venden los viveristas, aunque, a menudo, tanto la procedencia de las semillas como el uso de abonos químicos y plaguicidas las desvitaliza y es fácil que nos den problemas.

Nutrir las plantas

En agricultura ecológica se da más importancia a nutrir la tierra que a alimentar las plantas cultivadas. Las plantas no disponen de un sistema digestivo como estómago o intestinos y tal función se realiza en el suelo donde crecen mediante la fabulosa labor de las bacterias, los hongos, las lombrices y el resto de microorganismos que habitan en cada gramo de tierra. Naturalmente, todos estos organismos vivos precisan ser alimentados y de ello se encarga el compost y toda la materia orgánica en descomposición presente en la tierra.

Por ello deberemos incorporar con regularidad materia orgánica previamente descompuesta (compost, estiércol, restos orgánicos, etc.). Aunque podemos conseguir compost y abonos orgánicos en el comercio, resulta muy interesante su elaboración a partir de los restos orgánicos domésticos; para ello podemos fabricarnos un sencillo compostero o adquirir alguno de los comercializados para tales fines.

Las necesidades de abonado varían de una planta a otra y tenemos plantas, como las patatas, los tomates o las alcachofas, que requieren grandes cantidades de materia orgánica a medio descomponer, y, en el otro extremo, tenemos las zanahorias o las judías, que sólo toleran la materia orgánica muy descompuesta -compost muy fermentado-. Con una buena rotación de cultivos en los bancales o los maceteros conseguiremos aprovechar al máximo la materia orgánica aportada, ya que, por ejemplo, tras el cultivo de tomates, que hemos abonado con gran cantidad de compost (de 4 a 10 Kg por m2), podemos cultivar lechugas sin añadir más compost y, al cosechar las lechugas, podemos sembrar zanahorias o guisantes (cualquier leguminosa), que aprovecharán al máximo los remanentes de materia orgánica. Cuando cosechemos, podemos añadir de nuevo compost y empezar el nuevo ciclo con otras plantas exigentes: calabacines, pimientos, berenjenas, etc.

Diseño y la planificación del huerto ecológico


Diseñar el huerto es lo primero que debemos plantearnos, pues conviene realizar una buena distribución de los espacios disponibles a fin de aprovecharlos al máximo y conseguir los mejores resultados con el mínimo esfuerzo.

Tan importante como el correcto diseño es el planificar los cultivos que deseamos realizar en el huerto; para ello será necesario que reflexionemos a fondo sobre nuestros gustos culinarios y las necesidades de consumo cotidiano. No tiene mucho sentido plantar veinte coles porque nos regalaron las plantitas si no solemos comer col más que ocasionalmente. En cambio, si todos los días comemos ensalada de lechuga, convendrá ir sembrando y plantando con regularidad -cada quince días o una vez al mes plantaremos unas quince o veinte lechugas-; con ello tendremos un cultivo escalonado a lo largo de los meses y nunca faltarán en la mesa. Con tres o cuatro matas de calabacín bastará para el consumo familiar, con más de diez matas nos veremos obligados a regalar kilos y kilos de calabacines.

También hay cultivos complicados, como el de los melones o las sandías, que vale la pena dejar para cuando tengamos más experiencia o sólo si realmente nos sobra sitio, pues ocupan mucho espacio para los tres o cuatro melones que puede dar cada mata.

Una buena planificación requiere conocer los ciclos de cultivo de cada planta o variedad y saber más o menos el tiempo que ocupará el terreno, ya que éste varía desde un mes, desde la siembra a la cosecha, en los humildes rabanitos, a los tres a cinco meses -incluso más- que ocupan el bancal unas zanahorias. Sin olvidarnos de que, para mantener la salud y fertilidad de nuestro huerto, sería interesante respetar las rotaciones de cultivos y no repetir en una determinada parcela una misma familia de plantas varios años seguidos, pues se especializan ciertos parásitos que a la larga podrían causar serios problemas; lo ideal es respetar rotaciones de cuatro años, como mínimo.

Las herramientas

En realidad, una vez realizados los bancales o dispuestos los maceteros, se requieren pocas herramientas para las labores y el mantenimiento del huerto -alguna azadilla o legón, paletas trasplantadoras, un escardador, un rastrillo y poco más-, ya que la tierra permanece siempre mullida, al no ser pisada, y muchas labores las podemos realizar simplemente con las manos, lo que nos permite un mayor contacto con la naturaleza y la vida.

Los problemas eventuales.

Si existe un tópico que perdura en el tiempo y generalmente no se corresponde con la realidad, es que el cultivo ecológico tiene tantos problemas que no es posible llevarlo a cabo y sólo se consiguen cosechas mediocres, alegando que, si todos los agricultores se pasasen a la agricultura ecológica, no se producirían suficientes alimentos y se incrementaría el hambre en el mundo. Recientes estudios estadísticos, llevados a cabo mediante seguimiento de fincas durante diez años, han demostrado que se están consiguiendo mayores producciones por hectárea en las fincas de cultivo ecológico que en las convencionales de cultivo químico.


En cuanto a plagas y parásitos, la experiencia nos demuestra que las plantas cultivadas de forma sana y respetando sus ciclos biológicos y ecológicos (e incluso cosmológicos) mantienen a raya a la mayoría de parásitos y enfermedades actuando de insecticidas naturales, siendo escasas las ocasiones en que hay que acudir en su ayuda y, además, para esas ocasiones, los agricultores ecológicos disponen de numerosas plantas medicinales reforzadoras de las plantas cultivadas, repelentes de parásitos o directamente con propiedades insecticidas naturales.

En casos graves también podemos recurrir a los insecticidas naturales a base de extractos de plantas o minerales, carentes de toxicidad para los consumidores de los cultivos tratados.

Respecto a las malas hierbas, la práctica del acolchado orgánico con paja o restos vegetales reduce considerablemente su presencia, aparte de proteger el suelo y las bacterias de la radiación solar perjudicial, y ayuda a minimizar la evaporación del agua, reduciendo las necesidades de riego.

Tiempo y experiencia.

Lo más importante de todo son las ganas y el desarrollo de la suficiente capacidad de observación y sensibilidad que permitan ir realizando las labores precisas en el momento adecuado; en este sentido, queda claro que la experiencia hace maestros y que nadie nace sabiendo, sino que, día a día, con la práctica vamos aprendiendo. Y si al principio no nos satisfacen los resultados, no hay que desanimarse, con el tiempo obtendremos plantas y cosechas realmente espectaculares. La naturaleza es muy agradecida y, si somos capaces de observarla con cariño y atención, fluyendo con ella en vez de ir en su contra o intentar forzarla en exceso, los resultados son siempre gratificantes.


Desde estas páginas os animamos a decidiros a cultivar vuestros alimentos (si no lo estáis haciendo ya) de forma sana y ecológica, vuestra salud y la del planeta os lo agradecerán; además, el cultivo del huerto familiar -por reducido que sea- resulta una actividad sumamente creativa y gratificante, al tiempo que es una excelente terapia anti estrés.

Mariano Bueno

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Libros recomendados:

* El huerto familiar ecológico. Mariano Bueno
* Cómo hacer un buen compost. Mariano Bueno
* Plantas para curar plantas. Bernard Bertrand
* Cómo obtener tus propias semillas. José Roselló Oltra